3 cosas que desearía haber sabido sobre cómo calmar los pensamientos tóxicos

Estamos tan acostumbrados a dejarnos llevar por los pensamientos que ni siquiera somos conscientes de ese gran parloteo mental que escuchamos dentro nuestro.

Todos esos pensamientos se van enredando entre ellos hasta hacer una madeja en la que ves dónde termina pero ya es imposible saber dónde ha empezado, y aquí ya nos hemos perdido.

Introducción

Empezamos por un solo pensamiento y él se va enredando y enredando hasta hacerse un gran amasijo denso, que no nos permite ver lo que tenemos delante, es decir, no nos permite ver el presente que estamos viviendo.

Todos los días tenemos miles y miles de pensamientos y la gran mayoría, están puestos en el pasado, que ya lo hemos hecho.

Nos va hablando esa vocecita, que constantemente nos está enredando, y nos dice: “si lo hubiera hecho…, si no hubiera dicho…, quizá tenía que haber…” y todo esto ya no sirve para nada.

Esto a lo único que nos lleva es al sufrimiento y angustia.

Otra gran parte de esta gran masa de pensamientos nos lleva hacia el futuro, que no sabemos lo que nos va a deparar.

Y de nuevo aparece esa vocecita que nos lleva a los “y si…, y si consigo…, y si llego a…, y sí…”.

Fíjate, que estos  “y si” nos dan una entrada, nos dan un empuje pero inmediatamente nos frenan. Con lo cual no nos deja ir avanzando, ni llegar a ningún lugar.

Además el “y si” lo único que hace es inquietarnos, generarnos inseguridad o llevarnos a soñar en el futuro.

Y mientras estamos soñando, estamos vivos, perdiendo lo que estamos viviendo en este preciso momento.

“El futuro empieza hoy no mañana”

Juan Pablo Segundo

El futuro no es más que una consecuencia de cómo estamos viviendo este momento presente.

Otra parte de esta gran masa de pensamientos son negativos, otra vez de esa vocecita nos dice: “tú no podrás…, no llegarás a…, no estás preparado…, otro puede pero tú no…”

Todo esto es consecuencia de no estar viviendo el momento presente, o estamos en el pasado que podemos hacer del pasado es aprender sin quedarnos enganchados, o estamos en el futuro que no sabemos qué nos va a deparar, y este depende de cómo estemos viviendo este presente.

Todo esto nos hace tambalear, nos resta autoestima, nos resta seguridad y entonces nos vamos a los pensamientos negativos que lo único que hacen es intoxicarnos a todos los niveles.

¿Qué nos puede ayudar a quitar ese parloteo mental?

Quiero compartirte 3 cosas que me funcionan para calmar estos pensamientos tóxicos rápidamente, y que me gustaría haber sabido antes. 

Focaliza la atención: primero y muy importante

Atención significa sin tensión, es decir, poner la atención en aquello que estemos realizando en cada momento y cerrar el campo.

Si tenemos el campo abierto damos mucho espacio para que vayan entrando pensamientos por todos los lados y es cuando se van enredando entre ellos. Si yo cierro el campo y me focalizó en lo que estoy haciendo, no dejó paso a que entren más pensamientos.

Te pongo un ejemplo, hay personas que recitan mantras o rezan, esto es muy bueno, pero ¿por qué? 

Porque de los miles de pensamientos que tenemos en nuestra cabeza se cierra el campo a uno solo, que es lo que están recitando, sean los mantras o sea un rezo.

Si no eres de las personas que recitan mantras, no te preocupes porque hay otros recursos que puedes utilizar.

Estamos hablando mucho de estar en el momento presente, pero ¿esto qué significa? 

Significa que ni me voy al pasado, ni me voy al futuro, ni estoy negativo. 

Estoy atento a lo que estoy haciendo y es nuestro cuerpo quien nos indica más claramente cuando estamos en el momento presente.

Este indicativo nos lo da la respiración, es decir, la respiración nos indica cuando estamos muy agitados o cuando estamos en calma.

Si yo estoy muy agitada, mi respiración se va a disparar y se va a instalar en el pecho sin embargo. En cambio si estoy tranquila, estoy enraizada y estoy atenta a lo que estoy haciendo,mi respiración se va a ir a mi abdomen y va a ser mucho más suave y mucho más amplia.

Obsérvate y comprueba que la respiración nos indica cómo está nuestra cabeza, fíjate cuando estás en agitación mental, automáticamente la respiración se instala en el pecho y se agita. Tiene poco espacio para respirar, y esto nos genera ansiedad.

Lo mismo cuando estamos con miles y miles de pensamientos, en estos momentos que estamos agitados nos cuesta muchísimo respirar por la nariz, tenemos necesidad del aire por la boca y esto nos colapsa la mente.

Sin embargo, si respiramos por la nariz poco a poco vamos calmando esta agitación mental y esa madeja se va haciendo esponjosa, va tomando espacio, se va vaciando y deja espacio para que podamos ver con mucha más claridad lo que tenemos delante.

Utiliza un aroma que te provoque bienestar

Te va a venir muy muy bien, puedes utilizar cualquier aroma que te provoque bienestar. 

Puede ser un aceite esencial de lavanda o tu propia colonia o la colonia de alguien, de un ser querido.

Yo recomiendo mucho el aceite esencial de lavanda porque nos ayuda mucho a aquietar. 

Ponte ponte unas gotitas debajo de la nariz o encima del suéter o camisa, donde quieras. Si lo vas a utilizar a menudo, te recomiendo que no lo pongas directamente encima de la piel porque a la larga podría causarte irritaciones.

Lo que va a hacer este aroma es una ayuda muy importante, tu no tienes que hacer nada porque tu propio cuerpo lo hará automáticamente, y es que los epitelios del interior de la nariz irán a buscar ese aroma volviendo a inducir la respiración por la nariz, ésta se alargará y se apaciguarán tus pensamientos.

Lleva tus manos a tus costillas

Mi tercera recomendación es que lleves las manos a tus costados, fíjate que tenemos las costillas. 

Las costillas sabes que son un hueso y entre medio hay unos pequeños tendones, éstas cuando respiramos se abren, se van hacia los lados y se cierran.

Trata de colocar tus dedos entre medio de los huesos, es decir, encima de esos tendones que sujetan las costillas. Que tus manos estén bien descansadas y fija tu atención en el aroma que hemos comentado, imprégnate y deja que este movimiento vaya sucediendo suave.

Si notas que en algún momento este movimiento se entrecorta, para. No vayas más lejos de lo que te permita tu cuerpo, no pasa nada, respeta los límites que te marca tu cuerpo y si te marca hasta aquí, te quedas aquí.

Percibe bien este movimiento que marcan tus manos que están encima de tus costillas,  focaliza la atención, permite que ese aroma que has utilizado penetre en tus fosas nasales, y notarás que este movimiento cada vez se va ampliando más y es mucho más suave.

Cada vez va reduciéndose el ritmo, la mente está más abierta, no hay ese amasijo de pensamientos. Cada vez van quedando más espacios en la medida que se amplíe de una forma natural este movimiento, los pensamientos van a bajar automáticamente, te lo aseguro.

Te invito a que vayas practicando estos sencillisimos ejercicios, los puedes hacer mientras estás trabajando, sólo te tomará unos minutos.

Focaliza la atención en lo que estás haciendo y verás cómo te cansas muchísimo menos, recuerda también utilizar un aroma que te provoque bienestar, ésto te calmará y no pierdas el foco de la respiración, importantísima la respiración.

Si te apetece una vez tengas dominada la respiración en las costillas, puedes bajarla al abdomen, pero antes de llegar al abdomen es preciso que este movimiento intercostal sea fluido, suave y limpio, que no se entrecorte.

Practícalo varias veces al día, no tienes que guardarte ningún espacio específico para hacer estos ejercicios, sino que lo puedes practicar esperando el bus, andando, sentado o sentada.

Te aseguro que si los vas practicando varias veces al día y durante un tiempo, te vas a sorprender muy muy gratamente, muy especialmente porque la mente estará mucho más calmada, mucho más clara y mucho más atenta a lo que estás viviendo.

Y recuerda que atención significa sin tensión.

Atiende sin esfuerzo.

Espero que esta información y los tips que he compartido contigo te sirvan de ayuda.

Estoy segurísima que así será si los practicas con frecuencia.

Y recuerda empieza a construir tu futuro a partir de este momento presente, desde aquí y ahora, sin tensión.

Y si tienes algún comentario no dudes en dejarlo en el espacio aquí debajo, que está para esto y tan pronto pueda te voy a responder.

Sólo me queda darte las gracias por regalarnos tu tiempo, nos leemos pronto en el siguiente artículo.

Un fuerte abrazo, 

Marisa del Centro de formación Sankara.

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